A las madres que hemos ido antes, se sumaron Miss Maria Pintor y Miss Maria Elena por un lado y una tía Highlands por el otro (atención que estrenamos categoría: teníamos madres, padres y abuelas Highlands, la genial Carmen nos recuerda que la familia puede extenderse aún mas!).
Nos encantó compartir con las autoridades del colegio este proyecto que tanta ilusión nos hace. Y ellas, entre albóndigas y pasta, realmente disfrutaron de ser parte de este maravilloso equipo que lleva misericordia a una zona muy castigada en la forma de un plato de comida.
Aunque no sea sólo eso, porque esta vez con más ímpetu es que Elena lo necesitaba, no la conformaba estar detrás de los fogones nos mezclamos con la gente, conocimos a las personas y sus historias. Y así vamos construyendo una relación de entrega que es mutua y nos salva a ambas partes.
Compartimos fotos que son ¡pura alegría!
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