martes, 28 de abril de 2015


Me parece que no podemos dejar de compartir esta maravilla. Apenas un comentario, que cada uno lo lea según sus posibilidades. Besos, 

Oasis de misericordia.

El pasado 11 de abril, Su Santidad el Papa Francisco publico la bula "Misericordiae Vultus", ello en ocasión de convocar al Jubileo Extraodinario de la Misericordia que tendrá lugar el 8 de diciembre. Ese documento nos interpela sin lugar a dudas en nuestra individualidad, en nuestra vida espiritual y nuestra relación con los demás, pero además y muy especialmente como instrumentos del amor de Dios, protagonistas de esta acción pastoral que lleva a cabo Highlands Solidario y que resulta objeto de este blog. Por eso queremos compartirlo aquí y reflexionar juntos sobre la riqueza de su mensaje y la fuerza de su propuesta. 

El Papa Francisco describe los rasgos más sobresalientes de la misericordia situando el tema, ante todo, bajo la luz del rostro de Cristo. La misericordia no es una palabra abstracta, sino un rostro para reconocer, contemplar y servir. 

Escribió el Santo Padre: "La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes; nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo. La Iglesia « vive un deseo inagotable de brindar misericordia"" (cfr. MV punto 10)

Dice ademas en el punto 12: (...) donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin, dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de misericordia.

El Santo Padre nos llama entonces a poner "manos a la obra" en este año jubilar. Y a que nuestras obras como discípulos de Jesus sean tanto materiales como espirituales. La claridad meridiana del texto que comentamos obliga a reproducirlo textualmente otra vez: "Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a  Dios por los vivos y por los difuntos".


Es alimento para nuestras almas solidarias y una guía infalible para servir con alegría. 
 

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